Cuatro aspectos fundamentales que debes tomar en cuenta a la hora de comprar un secador profesional
El secador se ha convertido en una de las herramientas más importantes tanto en salones de belleza como en el hogar. Y como sabemos que esta es una inversión que muchos esperan que dure por varios años, es de gran importancia saber en qué debemos fijarnos al momento de realizar dicha compra.
Con el pasar de los años los secadores han ido evolucionando tanto en tecnología como en diseño, haciendo que cada vez sean más las variantes que debemos considerar para estar seguros de que estamos realizando una compra de la cual no nos vamos a arrepentir más adelante. Entre los principales aspectos que debemos considerar están: la potencia, la temperatura, el caudal de aire y los componentes.
¿Qué potencia necesita tener mi secador?
La potencia se ha convertido en uno de los parámetros más importantes a la hora de escoger un nuevo secador de pelo, ya que esta influye directamente en la capacidad de generar aire y el calor que emite la herramienta. Y aunque por obvias razones es mejor elegir un secador con mayor potencia, el cual nos permite un secado más rápido, debemos fijarnos que esta sea controlada y que no incremente de forma significativa la carga auditiva que se genera durante el secado o el cepillado.
Para uso profesional se recomienda una potencia a partir de 1800W. Mientras que, para uso doméstico, esta puede ir entre los 1500W a 2000W, en función de obtener un secado más rápido y las necesidades de cada persona.
¿Qué debo tomar en cuenta con respecto a la temperatura?
Uno de los errores más comunes a la hora de comprar un secador, es pensar que a mayor calor, más rápido y mejor será el resultado obtenido. Y es que al igual que en nuestra piel, el cabello empieza a mostrar resultados indeseados cuando sufre de una sobreexposición, no se trata de la forma correcta o se utilizan herramientas en mal estado.
Igualmente, debemos tener en cuenta que no todos los cabellos son iguales y por ende no todos soportan las mismas temperaturas. Siendo así, que sea de gran importancia contar con un secador que nos permita regular esta variable y que se logre adaptar a todos los tipos de cabello y las diferentes etapas del cepillado.
Por otro lado, es importante que nuestra herramienta cuente con el botón de aire frío, el cual nos permite restablecer o bajar la temperatura del cabello para que este no retenga el calor.
¿Más aire siempre es mejor?
Aunque parece uno de los aspectos menos importantes, es de gran utilidad poder regular la velocidad y la cantidad del aire, ya que dependiendo de los accesorios que estemos utilizando y del peinado o los detalles que queremos alcanzar, la velocidad óptima variará.
Por su parte, las boquillas más estrechas nos ayudarán a localizar el aire, siendo más prácticas para alisados y secar el cabello con mayor rapidez, mientras que los difusores que son grandes cabezales que aumentan la superficie de acción y reducen la temperatura, son perfectos para otorgar volumen y definir los cabellos rizados.
¿Estás pensando en un secador que te dure varios años?
Más allá de la estética y el diseño de nuestro secador, es fundamental que este cuente con los materiales adecuados como polímeros o carcasas de alta calidad que sean resistentes a las vibraciones generadas por el uso y los posibles accidentes que se puedan ocasionar, previniendo así, que los componentes más importantes como el motor o la serpentina encargada de generar el calor lleguen a verse afectados.
Por otra parte, en busca de alargar la vida útil de nuestro secador, es mejor que este incorpore un filtro extraíble que nos permita mantener nuestra herramienta limpia y sin obstrucciones con gran facilidad.
Y aunque es claro que nuestro secador profesional debe contar con muchos más beneficios y elementos que uno de uso normal, su diseño debe ser de tal forma que nos permita contar con una herramienta potente pero liviana y ergonómica a la vez.
Bonus extra: ¡la distancia sí importa!
Muchos expertos han hablado sobre la distancia y la temperatura ideal que debemos dejar entre nuestro cabello y el secador. La conclusión es que esa distancia tiene que ser por lo menos de 15-20 centímetros. Aplicándolo con el brazo ligeramente extendido para que no tengamos un contacto directo con el aire caliente. Además, también es importante alternar aire templado y aire caliente. Así no deterioraremos la salud de nuestro cabello, ya que si lo utilizamos demasiado cerca y haciendo movimientos bruscos de cepillo que provocan la tracción del pelo, podemos llegar a causar deshidratación y a lo largo del tiempo una posible caída de cabello.